Allá por el año 1948, creemos que incluso antes, un grupo de amantes de la Paloma Mensajera se había propuesto dar un
impulso determinante para el desarrollo en Vigo y su comarca del noble deporte de la Colombofilia y así, con fecha 1º de Febrero de 1949, aparecen los primeros registros de Socios del Club
Colombófilo “SOCIEDAD DE PALOMAS MENSAJERAS DE VIGO”, que quedaría definitivamente constituida y registrada el día 3 de Noviembre de 1949, con sede social provisional en la calle Pizarro núm. 2,
de Vigo.
No podemos obviar el mencionar con nombres y apellidos a los cuatro componentes de la Comisión Organizadora que redactó los
primeros Estatutos y llevó a cabo todos los trámites legales del momento, por su determinación y el gran trabajo realizado para promover la práctica de este nuestro deporte, siendo también, a
nuestro juicio, la espoleta que encendió la mecha para que otras ciudades y comarcas de Galicia se plantearan seguir su camino. Fueron los señores: Don Francisco Cordovés Rodríguez, (socio nº 1),
Don Rodrigo M. Santibáñez, Don Luis Fernández Méndez y Don Manuel González Alonso, nombrados socios Vitalicios del Club. Pronto la sede social se trasladó a la calle Extremadura y de allí a la
calle Aragón nº 4, en 1953, donde ya se disponía de espacios y comodidades más acordes al creciente número de socios, como Bar y sala de lectura, todo ello conseguido y acondicionado con
las cuotas de los socios y un préstamo bancario. A estas alturas nos llama poderosamente la atención, y supongo que a Vds. también, el concurso denominado “Vuelta a Galicia”, con puntos de suelta
en las principales ciudades de Galicia, pero si nos trasladamos a aquellos primeros años de la Colombofilia, creo se entenderá que era todo un logro culminar esa fase de forma exitosa donde
muchas de las palomas todavía no había sido debidamente probadas y seleccionadas.
Podría decirse que fue entre los años 1953 y 1977/80 que la colombofilia se asentó definitivamente en Vigo y su área de influencia, por el elevado número de socios y un sinfín de actividades paralelas como el patrocinio y promoción del deporte en general, por ejemplo el Hockey, (“Juniors Colombus”), el Futbol, la Ornitocultura (“Agrupación Viguesa de Ornitocultura”), deportes de mesa, etc. etc., lo que puso de manifiesto la necesidad de mas espacio y mejores dotaciones para tan creciente actividad, culminando en la compra de un nuevo local social en la calle Menéndez y Pelayo 14, luego nº 36, de mas de 200 m2, el 7 de Febrero de 1977, que, aunque no tenia un acceso ideal, era suficientemente amplio para acoger las distintas secciones sociales, con cantina (abierta generalmente al público) y amplio local/comedor para celebrar las asambleas de rigor y los distintos eventos sociales, entrega de premios de fin de campaña, exposiciones de palomas, canarios, etc. etc. Queremos destacar como muestra de la pujanza y vitalidad social del Club, la labor de investigación y divulgación de los estudios llevados a cabo sobre la Paloma Mensajera por el socio Don Arturo Tutor Valcarce, con una primera publicación de un libreto titulado la “Selección morfológica de la Paloma Mensajera”, avalada por el Consejo Superior de Investigaciones Científicas-Departamento de Zootecnia, de Córdoba, en los años 59/60, y culminando con la publicación del libro titulado “Selección y Mejora de la Paloma Mensajera” en Abril de 1960, publicación llevada a cabo por de la Sociedad de Palomas Mensajeras de Vigo, siendo Presidente Don Manuel Conde Lago. Tal vez la etapa reseñada fue la más ilusionante y activa del Club, tanto por la variada actividad desarrollada, como por la amplísima base de socios que se retaban constantemente con el afán de superar cada año los límites del anterior, no dejando que las lluvias, truenos y relámpagos del día del enceste cercenaran ni un ápice las ilusiones y las esperanzas puestas en el día de la suelta. Este Club ha llegado a ser referente nacional por la exigencia de los campeonatos que promovía y los resultados que obtenía regularmente, siendo múltiples los reconocimientos y premios obtenidos de toda índole y a todos los niveles en su ya dilatada existencia gracias a todos y cada uno de los socios, ya que una vez era un socio y otras otro el que conseguía llevarse el premio a la constancia, y cada año se proponían un nuevo reto a superar. No podemos olvidar, en honor a la verdad, que los medios de transporte de entonces y los que actualmente nos vemos obligados a usar, difieren sustancialmente y, sin entrar en más detalle, creemos que esa diferencia es simplemente la clave del éxito o del fracaso en la mayoría de los casos.
Pero, desgraciadamente, los mas antiguos socios se van haciendo mayores, tal vez un poco mas egoístas y cortos de vista, los jóvenes empiezan a tener acceso a otras diversiones u aficiones menos comprometidas y exigentes, y la columna vertebral del Club se resiente, y quizás por esa falta de la elasticidad y compromiso de otros momentos, tal vez porque nos habíamos acostumbrado ya a un cierto grado de autocomplacencia, o quizás por los roces normales del día a día, el Club terminó por dividirse y subdividirse una y otra vez, lo que nos ha dejado muy mermados en nuestras capacidades, tanto económicas como deportivas, pero, aunque no podría explicarlo, la llamada de “la Sociedad…” sigue estando ahí, y creo que lo estará muchos años, y en su momento nos animó a seguir peleando por mantener la “Sociedad de Palomas Mensajeras de Vigo” en lo mas alto, por mas que nuestro corto número de socios no nos permita aquellos grandes logros de antaño, pero ilusión no nos faltará.